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Pasado, presente y futuro. Realidad de todos los días.

Santos Inocentes

sábado, 29 de diciembre de 2018

Ayer celebramos el día de los Santos Inocentes. La conmemoración de los hechos sucedidos a principios de la Era Cristiana, supongo conocidos por todos, y protagonizados, según se recoge en el relato bíblico del Evangelio de San Mateo, por Herodes I el Grande.

 

 
Es cierto que puede haber dudas sobre la veracidad de los hechos, (ningún historiador de la época los menciona) en base al antiguo principio “testis unus testis nullus”, o lo que es lo mismo: “un sólo testimonio no sirve”; y que, incluso, se hubiera exagerado sobre el número real de inocentes, teniendo en cuenta la población existente en aquella época, en la pequeña localidad de Belén. En cualquier caso, estaríamos ante un pasaje cargado de simbolismo. Y, si se quiere, ante una alegoría de la mesianidad regia de Jesús a la que se opondrían los poderes terrenales.

Desgraciadamente, la cruda realidad se impone y se encarga de superar con creces cualquier supuesta “ficción”, multiplicando exponencialmente sus trágicas consecuencias. Hoy, siguen existiendo Herodes modernos (en mayor proporción, si cabe) empeñados en sesgar el futuro de niños y jóvenes. Desalmados Herodes contemporáneos, ávidos de poder, que impiden que para otros brille la estrella de la esperanza. Y siguen existiendo multitud de Santos Inocentes que sufren las consecuencias del mal: bebés, objeto de mercado; niños convertidos en escudos humanos o reclutados como soldados en guerras inútiles e interminables; Santos Inocentes sometidos a esclavitud sexual y laboral, víctimas de maltratos físicos y emocionales. Santos Inocentes a quienes la vida borró la sonrisa de su cara, cambiándola por llanto, por dolor, por miedo. También por muerte. Santos Inocentes que privados de sus propios sueños, son obligados a emprender un viaje, su viaje, a ninguna parte.
 
Esta es la fiesta que deberíamos de celebrar. Reconocer el gran fallo moral de nuestro tiempo, nuestra falta de humanidad. Y gritar por ellos. Y darles por fin voz y esperanza, a esos benditos y “reales” Santos Inocentes.
 
 

Calle Moret

lunes, 3 de diciembre de 2018
Denominada así desde que, en el año 1913, el Ayuntamiento decidió dedicar la misma a don Segismundo Moret, Catedrático de Economía, Ministro en cinco ocasiones y Presidente del Consejo de Ministros. Además de un gran impulsor de las minas del Calerizo y de la puesta en marcha del ferrocarril para la exportación de la fosforita por España y Europa.
 
 

La calle Moret, desde su denominación anterior como calle Cortes, tuvo siempre una especial relevancia en la ciudad dado, principalmente, su dinamismo comercial, económico y social. (Léase el artículo publicado por Juan de la Cruz Gutiérrez, en diciembre de 2016 y donde se da detalle de una frenética y nostálgica actividad).

En su pequeño recorrido se concentraban todo tipo de establecimientos: ultramarinos, ferreterías, zapaterías, relojería, tabernas, bares, hoteles, librerías, pastelería, estudio fotográfico, tiendas de confección, mercerías, despachos profesionales, entre otros.

Firmas comerciales en el recuerdo de todos: Sobrinos de Gabino Diez, Comercial Abad, Mecano, Hotel Álvarez, Papelería Chelo, Figueroa, Calzados Marta, Calzados López, La Catalana, Maleno, Casa Castaño, Relojería Álvarez, Caldera, Camisería Picado, Pastelería Estila. Bazar “El siglo”, etc. Recuerdos de una época, no tan lejana en el tiempo, que dieron vida a una de las calles más entrañables, bulliciosas y transitadas de Cáceres.

Una calle que hoy presenta un aspecto totalmente distinto. Aproximadamente una quincena de establecimientos se encuentran cerrados (algunos en estado de dejadez) o en liquidación. Lo que antes fue prosperidad, ahora se muestra en decadencia.

Desconozco si hay un Plan Municipal de Dinamización del comercio local y, en su caso, si se apuesta y se trabaja por él. O si se trata de un tema de alquileres abusivos, o de falta de iniciativa empresarial, o de falta de atractivo comercial, o porque entre todos la mataron y... Sólo sé que Moret es una de las calles de acceso del turismo y que, o la cuidamos, al igual que Pintores, Paneras o Ezponda, o pensaremos al igual que Manrique, que: “cualquiera tiempo pasado, fue mejor”.
 
 
 

Languideciendo

martes, 6 de noviembre de 2018
Una vez más, y ya van..., un proyecto empresarial cierra o desiste de instalarse en nuestra ciudad, demostrando que Cáceres no está llamada a crear, fomentar y mantener un tejido industrial y/o empresarial que se convierta en motor de su economía. Unas veces por cuestiones políticas, otras por excesivas y extenuantes trabas burocráticas, otras por importancia poblacional y otras por el lógico interés comercial y de estrategia empresarial de los inversores, nos impiden crecer y recortar distancias con nuestra “provincia hermana”.
 
 

 

Este mal endémico, porque no sólo es un problema de gobernanza actual, tampoco es aprovechado por nuestros dirigentes para establecer de forma conjunta (como sería lo deseable, si realmente defendieran el interés general), un verdadero plan estratégico de modelo de ciudad, donde la Cultura y el Turismo se potenciaran como figuras claves. 
 
Una ciudad como la nuestra, rica en patrimonio, tiene que ser referente turístico y cultural. No se trata de apoyar las iniciativas privadas en esta dirección y que tan buen resultado están dando (léanse las crónicas nacionales e internacionales de los últimos: Festival de Blues e Irish Fleadh), se trata de apostar directamente por ello, desde nuestra administración; se trata de salir, buscar, conocer que es lo que se está haciendo bien en otras partes; se trata de crear, innovar, impulsar y  poner en funcionamiento un Gabinete de Iniciativas encaminadas en tal sentido.
 
Tener estrategias marcadas, no significa la realización de actividades y eventos culturales sin más. Significa que los mismos tienen que hacernos “referente” y ubicarnos dentro del panorama nacional. Así, no sólo encontraremos nuestro espacio, sino que también seremos un gran atractivo turístico. 
 
Sin embargo, año tras año, vemos como las concejalías de turismo y cultura siguen siendo marginadas presupuestariamente. Los recursos del Consorcio Cáceres Ciudad Histórica, comparativamente hablando, rozan el ridículo. Y todo lo vamos dejando a la iniciativa e inquietud cultural de unos pocos ciudadanos.
 
Mientras Badajoz aprovecha sus oportunidades, Cáceres languidece: “viendo pasar sus días, grises como nubes de plomo, por el triste calendario de su vida”.

 

 

La Ribera del Marco

jueves, 11 de octubre de 2018
Los humanos estamos condicionados a sentirnos seres superiores, a creernos que somos el techo de la evolución, con derecho a todo, por encima de todo, dueños absolutos de todo. Decimos que somos los seres más complejos que conocemos, sin embargo, no existiríamos sin las sencillas bacterias, sin un elemento tan poco complejo como el oxígeno o sin esa sustancia compuesta llamada agua. Nos cuesta reconocer que formamos parte de un gigantesco sistema viviente, en el que elementos de diferente complejidad se combinan en un orden creativo y misterioso que excede de nuestra comprensión. Hemos dejado que las comodidades de la vida nos sumerjan en mundos cada día más artificiales, renunciando incluso a nuestros orígenes, y olvidando que vivimos gracias a la madre naturaleza. Sin ella se perdería el equilibrio necesario para que fuese posible la vida del ser humano en la tierra, al menos por medios naturales. Y en pago de agradecimiento, somos tan “irracionales” que estamos permitiendo su destrucción.
 
 
Una ciudad Patrimonio de la Humanidad como la nuestra no puede, ni debe, dar la espalda a su pasado, a sus orígenes. La Ribera del Marco no merece esta desidia, ni este abandono, por parte de las administraciones públicas. Su arroyo, conocido como La Madre, dio de beber al hombre de Maltravieso, fue la principal fuente de abastecimiento de romanos y árabes y, en época más reciente, un buen sustento para la economía cacereña. La rehabilitación medioambiental de la Ribera del Marco, se presenta como uno de los proyectos más urgentes y necesarios de la ciudad.
 
La frescura del agua que corre por la Ribera, lleva consigo la historia de nuestra ciudad. Es agua, sí, pero también corre por ella la sangre de nuestros antepasados. El murmullo de ese arroyo, es la voz de los cacereños. Y somos nosotros los principales guardianes de su legado histórico, ¡cuidémoslo!  No permitamos que se pierda nuestro patrimonio y nuestra identidad.

"Volver al origen, no es retroceder."

 

 

Los mismos de siempre

lunes, 17 de septiembre de 2018

Recientemente hemos escuchado esta frase, referida al grupo de ciudadanos cacereños que se manifestaban en defensa de los árboles del Paseo de las Acacias. No cabe duda de que, ni se trata de una frase novedosa, ni mucho menos halagadora. Más bien adquiere un significado de menosprecio, dado el tono despectivo con que, generalmente, se utiliza.

 


Pero es una frase peligrosa de utilizar, por el carácter multidireccional que, sin duda alguna también, puede aplicársele. Porque ¿quiénes son los mismos de siempre?

¿Aquéllos preocupados por la sociedad en la que viven y que, evidenciando un interés altruista, son defensores de “todas” las causas, incluyendo las perdidas?

O ¿Aquéllos que son siempre víctimas de los azotes de la vida: falta de empleo, precariedad laboral, salarios miseria, fracaso escolar, etc., por estar situados en el umbral más bajo de la sociedad?

O ¿Aquéllos que, por el contrario, su conveniencia, servilismo, egoísmo y ambición desmedida, hacen de la necesidad o desgracia ajena su propio negocio?

Son, acaso, los mismos de siempre ¿aquéllas personas engreídas que buscan ocasiones para tirarse flores, o que sólo persiguen conseguir premios y más premios, acumular nuevos y variados nombramientos, con la vana ilusión de considerarse grandes personajes?

O pudieran ser ¿Aquéllos que disfrutan de una sociedad tan acotada, como limitada es su conciencia y precario su razonamiento, indiferentes con los que no pertenecen a su grupo?

O son quizás ¿Aquéllos que gustan de que los vea la gente, buscando siempre los primeros puestos, los asientos de honor o de privilegio, en los actos públicos o de cualquier otra índole?

O son, por último ¿aquéllos que figuran siempre en las listas electorales de turno, ora en este puesto, ora en el otro, incluso llegando al cinismo de cambiar de partido cuando las opciones ya no les alcanzan, pululando siempre alrededor de la cosa pública y perpetuándose en el poder manteniendo el sistema de privilegios (inalcanzables incluso a la imaginación de cualquier ciudadano promedio) que ellos mismos crearon y no concibiéndose haciendo algo mejor o, para ellos, más productivo?

Sí, definitivamente, somos muchos “los mismos de siempre”. Cuidado pues, con su utilización y su “efecto boomerang”.

 

Que no nos lo cuenten

domingo, 19 de agosto de 2018

Decir, y repetir, que el casco histórico de Cáceres es una auténtica maravilla, como decimos todos, es decir una verdad incuestionable. Como también lo sería decir que, desgraciadamente, nuestra “parte antigua”, es la gran desconocida de un grandísimo número de cacereños.

 



Principalmente, pisamos el casco histórico, bien por razones de trabajo (los menos), o bien para acompañar a amigos y familiares de visita en la ciudad. Y son generalmente éstos, los foráneos, quienes asombrados por el legado patrimonial que se encuentran, nos van descubriendo el singular tesoro, convertido en amalgama de épocas y estilos que se dan cita intramuros. Un gran mestizaje cultural, con importante presencia sefardí, musulmana y cristiana que, en perfecta armonía, constituye un privilegiado conjunto monumental único en España.

Recorrer el casco histórico de Cáceres, es dejarse atrapar por los sentidos, dejarse seducir por la magia que supone escuchar los silencios de sus plazas, calles, esquinas y revueltas. Un silencio místico solamente perturbado por el tañer de campanas o el crotorar de cigüeñas. Es la sensación de encontrarse frente a frente con la Historia.

Una historia prendida en las bellas aristas del duro y patinado granito; en el que portaladas, blasones, ajimeces, yelmos y lambrequines, se trenzan con arrogancia de orgullo feudal, matizado de gracia mudéjar o de esplendor renacentista, como bien describió Muñoz de San Pedro.

Una historia escondida entre sus más de 1250 representaciones heráldicas; entre sus numerosas y variopintas leyendas de Cristos, gallinas de oro, galerías subterráneas, gárgolas y amores imposibles; en los cementerios empedrados que pisamos, o en paredes de restos óseos que tocamos.

Una historia que, en su conjunto, es hoy Patrimonio de la Humanidad. Pero que, para seguir siéndolo, ha de ser antes de los cacereños, como bien se dijo entonces, que somos los primeros que tenemos el deber de amarla, vivirla, respetarla y protegerla. Y, para ello, lo mejor que podemos hacer, sin duda alguna, es conocerla y penetrar en su esencia. Y enseñársela a nuestros hijos; y pasearla; y escuchar el silencio de sus rincones; y disfrutarla; y dejarnos llevar por la magia de la historia que la misma piedra al tocarla nos transmite.

Tenemos una maravilla a nuestro alcance. Que no nos lo cuenten.

Carta abierta

jueves, 9 de agosto de 2018

Estimados hermanos y devotos de la Virgen de la Montaña:


Acabamos de cerrar un nuevo ciclo dentro de la vida de la Real Cofradía de la Virgen de la Montaña. Un ciclo que, para mí, comenzó hace veinte años cuando me incorporé como Secretario de su Junta de Gobierno para culminar, en los últimos diez años, como Mayordomo de la misma. Veinte años a su servicio que han pasado como un sueño, porque no dejan de ser un instante, una gota de agua, en la larga historia de nuestra querida Cofradía.

Durante estos años, he vivido toda clase de experiencias, unas muy gratificantes, conmovedoras, emocionantes, inolvidables; algunas otras, algo más decepcionantes, sin duda, pero que superadas con enorme ilusión, he procurado olvidar rápidamente.

Con todo ello, no dejo de pensar que ha sido un inmenso orgullo, un altísimo honor, haber ejercido como máximo responsable de los destinos de la Real Cofradía y haber contribuido, como Mayordomo, a cumplir con el fin principal que nos marcan nuestros Estatutos Generales: “promover la mayor gloria de Dios y provecho espiritual de sus cofrades y fieles, por el fomento del culto público y devoción a la Santísima Virgen de la Montaña”. Esa era mi principal labor y espero, humildemente, haberla cumplido.
 

No pretendo en estas líneas haceros un balance de mi gestión al frente de la Cofradía, ese tema lo recogen ya las correspondientes Actas de Secretaría; mejor quiero que os quede el recuerdo de un hermano que creyó en un sueño y, para ello, derrochó ilusión, esfuerzo y tiempo, para intentar mantener y agrandar el legado histórico y patrimonial que de sus antecesores recibió.

Por ello estas líneas nunca pueden ser una despedida triste –no puede haber tristeza en la íntima satisfacción del deber cumplido–, más bien se trata de un adiós pleno de alegría y, sobre todo, lleno de agradecimiento. Un agradecimiento que, sin duda, es la memoria del corazón y que no puede permanecer en silencio, porque así no sirve absolutamente a nadie. Por ello, permitidme que comparta con vosotros y haga público, esa gratitud que guardo emocionado en mi corazón:


En primer lugar, a los hermanos de la Real Cofradía que me dieron su confianza, en dos ocasiones, para ser Mayordomo. Gracias por vuestro apoyo, por vuestro respeto, por vuestros ánimos, también por vuestras críticas –cuando éstas han sido fundadas–, ya que las mismas nos hacían aprender y engrandecernos. Pido sinceras disculpas por mis errores –que como humano debo de haber cometido– y a todos aquellos que hayan podido sentirse disgustados u ofendidos por alguna de mis decisiones o de mi forma de proceder. Nunca fue mi intención hacer daño a nadie, os lo aseguro, al menos conscientemente. Por eso os pido también vuestra benevolencia, porque sólo busqué lo que entendí era mejor para la Real Cofradía.

Gracias a mis queridos Antonio Fdez. Borrella y Joaquín Álvarez, y al resto de compañeros de Junta de Gobierno, a todos sin excepción, porque sin vuestra entrega, capacidad e ilusión, no hubiera sido posible todo lo realizado. Gracias por vuestra amistad, vuestra paciencia, vuestro tiempo y, sobre todo, por vuestro amor a la Santísima Virgen.

Mi agradecimiento eterno al Excmo. y Rvdmo. Sr. Don Francisco Cerro Chaves, Obispo de la Diócesis de Coria-Cáceres, en quien siempre encontré comprensión, aliento, confianza y mediación para atender las necesidades de la Real Cofradía de la Virgen de la Montaña.

Gracias, a Don Florentino y a Don José María, por tantos años de dedicación y entrega, que sin duda han ayudado a enriquecer la vida espiritual del Santuario.

Mi agradecimiento a las Camareras, Pilar, Julita, y al Grupo de Ornato encabezados por Pilar y Martina. Vuestra desinteresada dedicación tendrá su recompensa un día y mi reconocimiento siempre.

Mi reconocimiento a los empleados de la Real Cofradía, Cristina, Charo, Luis, Ramón..., por vuestro trabajo y desvelos, más allá de la mera retribución económica.

Mi agradecimiento al Cabildo Catedralicio y a todos los Pregoneros, Sacerdotes y Predicadores del Novenario, que se han distinguido por dar mayor solemnidad y esplendor a nuestros Actos, especialmente los de culto.



Gracias a todos los que han estado siempre dispuestos a colaborar con la Junta de Gobierno, formando Comisiones o Asesorando nuestro quehacer, a sabiendas que su trabajo y esfuerzo contribuía al engrandecimiento de la Cofradía. Mi especial reconocimiento a aquellos hermanos que, dando un paso al frente, se ponen a disposición de la misma, sin esperar a que le llamen, sin esperar nada a cambio, con el único y sincero propósito de colaborar y de aportar su granito de arena a este proyecto común que se llama Cofradía de la Virgen de la Montaña.

Mi agradecimiento a las Comunidades de Religiosas: Clarisas, Jerónimas..., que colaboraron en nuestras restauraciones o en nuestros eventos solidarios.

Gracias por todas las donaciones recibidas y ofrecidas a la Virgen de la Montaña como prenda de amor filial. De las más lujosas a las más modestas. De los mantos y tocas preciosamente elaborados a los más sencillos versos escritos en un trozo de papel cuadriculado. Gracias a los que entregaron donativos y a los que nos donaron el trabajo de sus manos. En todas ellas va el mismo cariño y la misma fe.

Gracias a las Cofradías cacereñas, a las que siempre hemos abierto brazos y manos en prueba de fraternidad. Especialmente a las que nos hicieron Madrina de sus Titulares Marianas: Dulce Nombre, Estrella y Rosario.
 

Mi reconocimiento a las Instituciones públicas y privadas por su colaboración. A los medios de comunicación, a los poetas, cantores y escritores y a cuántos nos ayudaron, y ayudan, a difundir nuestro mensaje y ponen voz a la devoción de todo un pueblo. En definitiva, mi agradecimiento sincero, cordial y sin doblez alguna a todos aquellos que bajo el denominador común de devotos de la Virgen de la Montaña, regalan su apoyo e infunden ánimos a esta Real Cofradía. Una Cofradía que nació hace 383 años y que hoy se mantiene debido al amor de una ciudad, Cáceres, que se enloquece de júbilo por su Patrona y cuyos hijos, nacen, viven y mueren agarrados, fuertemente, al Manto de la Virgen de la Montaña.

Mi eterno agradecimiento a mis padres, que me inculcaron este apasionado amor que siento por Nuestra Virgen de la Montaña. Y a mi familia por su tiempo, su paciencia y apoyo. Y a las familias de cuántos han dedicado y dedican su tiempo a trabajar por esta Real Cofradía. Sin ellos, que comparten nuestros éxitos y alegrías, nuestras preocupaciones y pesares, nada sería posible.


Mi recuerdo para todos los cofrades que se nos fueron y que hoy descansan bajo el Manto protector de la Virgen de la Montaña. Especialmente para aquellos que, sin duda alguna, se convirtieron en Angelotes de la Virgen para seguir prestándome su ayuda, mis queridos José María Belloso y José Maria Romero.

Mi mejores deseos de éxito para el nuevo Mayordomo y su Junta de Gobierno, a la que ruego le prestéis todo vuestro apoyo y colaboración a fin de que nuestra Cofradía siga siendo ese importante referente.

Y mis últimas palabras, para Ella, para Nuestra queridísima Virgen de la Montaña, ante cuya amable sonrisa, su atrayente mirada y su Santo Nombre, sólo me queda callar.


 Que Ella nos bendiga a todos.

Joaquín Manuel Floriano Gómez.
Mayordomo (2008-2018)


Turismo Religioso

miércoles, 25 de julio de 2018
Que el “Turismo es un gran invento”, ya lo dijo Pedro Lazaga en su película rodada en 1968. Que es una de nuestras principales fuentes de riqueza, si no la que más, lo dice la Organización Mundial del Turismo, Turespaña y el INE, al cifrar en más de 82 millones de turistas los llegados en 2017; lo dice el hecho de generar 2,5 millones de empleos directos, además de otros muchos indirectos; y lo dice el hecho de representar más del 11% del PIB español.


Si entendemos como turismo, el conjunto de actividades que realizan las personas durante sus viajes a lugares distintos de su contexto habitual, con propósitos de ocio, negocios u otros motivos.  Y si damos por hecho que cada vez viajamos más y que ello nos lleva a buscar nuevas formas de ocio, nuevas experiencias y quizás nuevos conocimientos, podremos llegar a entender que se haga necesaria una mayor diversificación de la oferta turística, que cubra las necesidades de unos y de otros y que pueda servir de sustituto al típico de sol y playa.

Y así, además del citado, nos encontramos con el turismo rural, de montaña, fluvial, de crucero, histórico-artístico, arqueológico, cultural, científico, de descanso, de ecoturismo, ornitológico, de negocios, congresual, deportivo, familiar, de aventura, folclórico, comercial, de nieve, seniors, termal, lúdico-festivo, étnico, LGTB, de Singles, de salud, literario, gastronómico, musical, de ayuda humanitaria, de lujo, de caza, naturista, espiritual, cinematográfico y, por supuesto, el turismo religioso.

En este tipo de turismo, destacan las romerías y peregrinaciones, que los fieles realizan a lugares considerados santos o con alto valor espiritual: Santuarios, Monasterios o Templos con valor histórico. Así como los recorridos por Fiestas Populares donde la tradición y la piedad popular se encuentran fuertemente arraigadas y que crean un sin fin de expresiones de fervor y arte religioso únicos.

Para conocimiento general, hay una tendencia cada vez mayor a este tipo de viajes, existiendo en la actualidad agencias turísticas especializadas en este sector.

La declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional para la Bajada y el Novenario de la Virgen de la Montaña contribuirá, sin duda alguna, a fortalecer este tipo de turismo en la ciudad. Y, por ello, debemos felicitarnos.

 


Derechos y Refugiados

miércoles, 20 de junio de 2018

Como es sabido, los españoles tenemos una serie de derechos constitucionales, llamados así porque vienen recogidos en nuestra Constitución. Dentro de ellos, destacan los derechos fundamentales, considerados esenciales en el sistema político que la Constitución funda y que están especialmente vinculados a la dignidad de la persona humana.



En mi modesta opinión, podríamos destacar dentro de estos últimos, dos de ellos y considerarlos fundamentalísimos, toda vez que, sin los cuales, el resto de derechos carecerían prácticamente de sentido. A saber, y por este orden, el derecho a la vida y el derecho a la libertad.

En cualquier caso, forman parte de los derechos humanos, definidos como las facultades relativas a bienes primarios o básicos de las que gozan todas las personas por el simple hecho de su condición humana. Estos derechos, son inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua o cualquier otra condición. Y, además, son irrevocables, inalienables, intransmisibles e irrenunciables.

Hoy, 20 de junio, se celebra el Día Mundial del Refugiado, es decir, de aquel ser humano que tiene fundados temores de ser perseguido por motivos de su raza, su religión, su nacionalidad o su pertenencia a un determinado grupo social, que no puede o no quiere regresar al país donde antes tenía su residencia habitual. No son inmigrantes, ni turistas, ni viajeros. Son personas que han debido abandonar su empleo, su familia, sus posesiones, sus sueños y todo lo que implica sentido de pertenencia y arraigo hacia su lugar, con el objetivo de salvar sus vidas, por culta de conflictos armados, conflictos étnicos, desastres naturales, persecución política o la violación sistemática de los derechos humanos.

Un refugiado es un ser humano que, como tal, debe ser valorado, respetado y dignificado, porque no deja de ser una víctima que, con la voluntad de sobrevivir y reconstruir su vida, se permite empezar de nuevo en otro lugar.

"La protección de los refugiados no es solo una cuestión de solidaridad o de generosidad, sino también una obligación amparada bajo las leyes internacionales".
 
Otra cosa, es la utilización política de los mismos.
 
 
 



¡Estamos de... colores!

sábado, 26 de mayo de 2018
¡Corren malos tiempos para la lírica! Diría, sin duda, un buen conocido. ¡Qué coño, que estamos en pre-Feria! Diría otro menos reflexivo. El caso es que, entre unos y otros: azules, rojos, morados o naranjas, nos tienen bien entretenidos y, lo que me temo es peor, nos tendrán distraídos durante un buen tiempo.
Al parecer, han cogido a otro u otros destacados de los azules con las manos en la masa, o haciendo lo que no debían que lo mismo da. Y ya van.... Pero, era de esperar, cuando no se atajan con contundencia estas cosas. Dejarlas pasar, encubrirlas, distraerlas con las cosas de los otros, o negarlas hasta las últimas consecuencias, o incluso hasta que ya la evidencia se nos hace insoportable, no era, ni es en ningún caso, la mejor solución. De momento, por estos pagos, estamos libres de estos pelotazos, cosa que agradecemos y que esperamos continúe.

La “sorpresa” de las primarias de los del color rojo, parecen reflejar que hay un sector que no comparte esa unidad o cierre de filas que preconizaban. Máxime, cuando uno de los candidatos, el de la ciudadanía, que no del partido, renunciaba a presentar candidatura. No obstante, y por lo que se oye, la tal sorpresa apenas dejará estela.

En cuanto al sector morado, más de lo mismo: “una cosa es predicar y otra dar trigo”. Y ya sabemos que mientras haya corderos, habrá lobos; y mientras haya bobos, habrá listos. Por lo que no precisan más comentario, pues ellos solitos se van descubriendo.

Los aires naranjas también nos llegan revueltos: “dimisiones, cataduras morales difíciles de asumir, traiciones, discrepancias, acumulaciones de poder, pagadores y beneficiados de la cosa”, y varios etcéteras más que en nada benefician y que vienen a demostrar, una vez más, que una cosa es Madrid y otra las provincias.

En fin, parece que la primavera la sangre altera y... así estamos, de... colores.
 
 
 

¡Aúpa Tuna!

jueves, 24 de mayo de 2018
De forma simplificada, “La Tuna”, podría describirse como aquél grupo de jóvenes estudiantes que, vistiendo trajes de corte antiguo y pintoresco, se dedican a cantar y tañer instrumentos para divertirse y allegar algo de dinero a sus bolsas, llevando un estilo de vida guasón y apicarado. No obstante, es una de las instituciones universitarias más antiguas de la historia. Sus inicios se vinculan al de las Universidades de Palencia (1208) y Salamanca (1220). Y su origen, pudiera asociarse a los continuadores de la tradición “goliarda” (clérigos vagabundos y estudiantes pobres pícaros que proliferaron en Europa con el auge de la vida urbana y el surgimiento de las universidades) o a los herederos de los antiguos “sopistas” (estudiantes universitarios sin recursos económicos que rondaban bares y tabernas entregando su música y simpatía a cambio de un humilde plato llamado “sopa boba”; y que tan bien fueran descritos en las partidas del Rey Alfonso X el Sabio, diciendo: “Esos escolares que trovan y tañen instrumentos para haber mantenencia”). Sea cual fuere dicho origen, dejarán con el tiempo una huella, reflejada ya en el “Siglo de Oro”, como estereotipo del estudiante de carácter alegre y pícaro que también se servía de sus habilidades musicales para enamorar a las doncellas que pretendían, quedando constancia de ello, en la primera referencia escrita que hay sobre las tunas, custodiada en el archivo de la Universidad de Lérida.


 
En nuestra ciudad, debemos de esperar hasta el curso académico 1961/1962 cuando, bajo la dirección del maestro Manuel Pablos, con traje y formato musical de estudiantina, se funda la Tuna de Magisterio de Cáceres, siendo su Madrina la Duquesa de Alba.

Algunos de sus miembros, ya cuarentunos, a pesar del devenir de los años, siguen en esencia siendo doctores en galanteos, licenciados en picardías y bachilleres en endiabladas artes. Y de ello puede dar fe el paso de la Virgen de la Montaña por la Plaza del Duque, también llamada ya el Rincón de la Tuna.

En la pasada Bajada, me entregasteis una placa que reza: “Tu entusiasmo es el mejor legado y el mayor ejemplo a seguir para todos tus hermanos”. Solo puedo deciros: Gracias, mil gracias. Ese entusiasmo, lo aprendí de vosotros.