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Peripecias Urbanas.

martes, 13 de diciembre de 2016
Hoy es la festividad de Santa Lucía, virgen y mártir. Y tal día como hoy de 1938, se creaba en España la Organización Nacional de Ciegos (ONCE), cuyos fines sociales se dirigen a la consecución de la autonomía personal, la plena inclusión social y los derechos de ciudadanía, la igualdad de oportunidades y no discriminación, y la minimización del impacto que la ceguera o deficiencia visual grave presenta en la vida de sus afiliados.

Ni que decir tiene que resulta encomiable la labor que realizan y, mas aún, los resultados obtenidos con sus programas. Es cierto que el nivel de superación de estas personas, parece no tener límites y gracias a ello, podemos verlos en cualquier lugar, como cualquier otro ciudadano. Pero su vida, aunque adaptada, no es ni mucho menos fácil.

 
Como cualquier otro ciudadano, y más si cabe, también tienen que soportar los niveles de dificultad que cada día se nos presentan en nuestras calles y que, al parecer, tampoco tiene límites. Basta un simple paseo para encontrarnos calles recién asfaltadas,  abiertas una y otra vez, ¿por falta de coordinación?, quedando destrozadas en poco tiempo. Baldosas rotas, hundidas, despegadas o inexistentes que, aparte de encharcarte los días de lluvia, sus huecos permiten sin esfuerzo, cualquier tropiezo del viandante. Zanjas mal cerradas, con antigüedad clasificada de “solera”, por el tiempo que llevan, y capaces de producir esguinces en cadena. Alcantarillas hundidas en el asfalto, que parecen pozos de sondeo, y que suponen un problema para la circulación de vehículos (llantas y transmisiones dañadas) y un potencial peligro de accidente para los, cada vez más, sufridos peatones.

Algunas ciudades cuentan con un “Manual de buenas prácticas preventivas en obras de naturaleza urbana”. Entiendo que, además, todas las ciudades deberían contar con una normativa municipal al efecto. Por lo tanto, no sería descabellado pedir a nuestro Ayuntamiento la aplicación de dicha normativa, exigiendo, no solamente a las Empresas que se dedican a la Obra Pública e Infraestructura Urbana, sino también a las Empresas Suministradoras de Servicios o cualquier otra actuante por delegación, el cumplimiento de esta normativa, con la imposición, en su caso, de sanciones tan ejemplares, que se les quiten las ganas de volver a quedar una sola rebaba.

Eso, o seguir encomendándonos a la Santa.