Top Social

Pasado, presente y futuro. Realidad de todos los días.

Visita Desagradable

jueves, 24 de noviembre de 2022

Según informan algunos medios locales y nacionales, el pasado sábado recibimos en Cáceres la visita de “Echenique”, a quién algunos llaman Pablo y otros muchos con adjetivos calificativos que no me atrevo, por vergüenza, a reproducir aquí.

 


Podría pensarse que vino a disfrutar del “Tercer Conjunto Monumental de Europa” y de su Mercado Medieval que, en palabras del concejal de turismo, es uno de los más importantes de España. O, quizás, para seguir promocionando los escenarios de Juego de Tronos al objeto de situar a Cáceres como el mejor plató de cine. O para mostrar su apoyo a la agilización de la ejecución de la segunda fase de la obra del Hospital Universitario. O para mostrar su rechazo a la instalación de placas solares en el recinto intramuros. O para protestar “in situ”, sobre el deficiente funcionamiento de los servicios ferroviarios. O, quizás, para informarse al detalle sobre el próximo certamen de Horteralia y realizar su inscripción al efecto. O, en el peor de los casos, para adherirse a las conclusiones del Pleno de la Infancia, celebrado el día antes, en el Ayuntamiento de Cáceres –Ciudad Amiga de la Infancia–, apoyando los derechos para los niños y las niñas, incluidos los relativos a la vida, la salud y la educación, el derecho a jugar, a la vida familiar, a la protección frente a la violencia y la discriminación y a que se escuchen sus opiniones. Pues NO. 

 

Al parecer solo ha venido a un acto de “La ruta que transforma”, organizado por Unidas Podemos, y en el que ha aprovechado para asegurar que hay "jueces machistas" que están llevando a cabo "una cacería asquerosa" contra la ministra de Igualdad, Irene Montero, "jaleados por PP, Vox, algunos presentadores de televisión y algunos medios de comunicación corruptos" en relación a la ley del solo sí es sí. Mostrando su "apoyo claro y contundente a la mejor ministra de Igualdad” que ha tenido este país y pidiendo a los asistentes un aplauso, mientras recitaba en pleno clímax: "Recibe con el corazón grande, la mirada limpia y un compromiso de hierro, nuestro aplauso".

 

Como dijo Plauto: “El que acusa a otro de mala conducta debería mirarse a sí mismo”. Pero, “la autocrítica es un arte que no muchos están calificados para practicar”.

Pobres víctimas.





Sombrero en mano, conquista el mundo.

martes, 8 de noviembre de 2022

Posiblemente solo se trate de una cita, de un dicho o de un antiguo refrán. Pero también pudiera tratarse de un pensamiento que nos invite a la reflexión.

 



Quitarse el sombrero o hacer ademán de tocarse el ala del mismo, consistía, además de un gesto de saludo, en una expresión de respeto tanto a las personas como a las cosas. Respeto que formaba parte de una importante colección de valores, desgraciadamente ahora en desuso, que sirvieron eficazmente para mantener una feliz convivencia entre las personas y entre las cosas.

Pero siempre hay tontos contemporáneos, por supuesto muy tolerantes, que entienden que los valores de entonces y que felizmente nos sirvieron, son incompatibles ahora con su implicado activismo y su forma particular de entender el avance y progreso de los pueblos.

Lo que antes se conseguía con diálogo y esfuerzo entre las partes y, también, por qué no, con protestas silenciosas de una efectividad aplastante –como la realizada por Rosa Parks, símbolo del activismo no violento–, ahora se quiere conseguir con la fuerza que les da una legislación más bien laxa, que parece invitar a todo lo contrario.

Cuando todavía tenemos grabado en nuestra retina la destrucción por el terrorismo talibán de la ciudad de Hatra (s. III a.C), el Templo de Baal, el Arco del Triunfo de Palmira o los famosos Budas gigantes del Valle de Bamiyán, venerados desde hace siglos por miles de budistas; cuando estamos desolados viendo como la fatal guerra está destruyendo ciudades y pueblos emblemáticos; ahora, bajo el denominado activismo –no violento– ecologista, climático y radical, pretenden atraer nuestra atención a base de ataques vandálicos a obras de arte que forman parte del Patrimonio de la Humanidad, ya sean edificios históricos o cuadros icónicos e irrepetibles.

Nuestro museo Helga de Alvear, tiene merecida fama internacional, y me intranquiliza pensar que, bajo el pretexto de una causa noble, pueda ser objeto de cualquier ataque de estos iluminados de la tolerancia y el respeto. No parecen entender que, cuando una protesta eclipsa el mensaje que defiende, es que se ha elegido un camino equivocado. Y que nunca se deben socavar con acciones contradictorias, los objetivos que se quieren alcanzar.

Volvamos a quitarnos el sombrero.