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El libro de Urdangarín

domingo, 27 de julio de 2014

 
Un libro que se lee fácil, porque cada página te pide otra. Tal es el ardor guerrero que te acompaña y que necesita alimentarse de más y más información.

Si lo que cuenta este libro es cierto, y digo yo que algo habrá puesto que hay una investigación con imputación al medio, no deberían de existir paños calientes para nadie. Ni salvoconductos reales, totales o parciales.

La justicia es igual para todos, según manifestó en navidades el emérito. Pero para que esto sea así, no debemos conformarnos con decirlo, hay que ejercerlo sí o sí y, además, caiga quien caiga. En este caso, y dado la calidad de los personajes implicados, debe de ser más que nunca ejemplarizante.

Los presuntos sinvergüenzas que aparecen en el libro de Eduardo Inda deben pagar por sus fechorías, por su total impunidad, por su desprecio hacia el resto de ciudadanos y porque así lo dicta la conducta democrática que pregonamos, pero que en la gran mayoría de las veces, no ponemos en práctica, con el consiguiente cabreo del personal.

Es fácil descubrir como se van de rositas, la gran mayoría de personajes influyentes de este país, generalmente políticos sin escrúpulos, que han hecho de la corruptela su "modus vivendi". Unas, por incomprensible falta de pruebas, otras (las más) por la prescripción de los delitos imputados.

Qué casualidad, siempre están prescritos........., jeje.

Y llegados a este punto digo yo: ¿Por qué la justicia no utiliza con ellos los mismos medios, la misma agilidad y diligencia y el mismo afán, que utiliza con el resto de los mortales? ¿Acaso no deja de ser un robo (en román paladino) lo que los políticos llaman "errores administrativos" o "discrepancias contables" o, simplemente, "descuidos sin mala intención"?

Así nos va.