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Lengua Viperina

viernes, 23 de junio de 2023

Definimos el término viperino como: “de la víbora o relacionado con ella”. Tener lengua viperina es “ofender o desacreditar con palabras”; y se refiere a aquellas personas que hablan mal de los demás, buscan hacer daño con sus expresiones, y dicen cosas hirientes, crueles y malintencionadas. Está directamente relacionado con el vilipendio, el engaño, la calumnia y los chismes.

 



El propio Papa Francisco, (audiencia general del 14/11/2018), comparó al chismoso con un “terrorista”, porque, “con su lengua lanza la bomba y se va tranquilo, pero lo que dice, esa bomba lanzada, destruye la fama del prójimo”.

También monseñor Charles Pope, párroco en Washington D.C., reflexionó en la misma línea: "Algunos de los pecados más comunes que cometemos están relacionados con la palabra. Con nuestra lengua podemos expandir el odio, alimentar el miedo y la malicia, difundir falsas informaciones y arruinar reputaciones”. ¡Con un don capaz de hacer mucho bien, sin duda podemos hacer mucho daño!

La actitud del viperino se ha institucionalizado en toda la sociedad. Lamentablemente, como viene denunciando el Papa Francisco, también “en cada institución de la Iglesia: parroquias, colegios, otras instituciones, también en los obispados” y, por supuesto, en las COFRADÍAS donde: "Nuestras palabras disparan lo que no deberían y callan lo que deberían”

¡Más caridad cristiana y menos chismes, por favor! 

 


"Votar" y "Botar"

domingo, 11 de junio de 2023

El término “Votar”, según el Diccionario de la Lengua Española (2022), presenta cuatro acepciones. La primera, “Dicho de una persona: Dar su voto o decir su dictamen en una reunión o cuerpo deliberante, o en una elección de personas”. La segunda acepción, es el de “hacer voto a Dios o a los santos”, que consiste en hacer promesas pidiendo una gracia o milagro. La tercera, muy usada antiguamente en España, es la de “echar juramentos”, sobre todo para hacer frases que expresan enfado o sorpresa: ‘Voto a Dios’. Y, por último, votar es “aprobar por votación”.



Por otro lado, tenemos el término “Botar”. El mismo diccionario aludido consigna 15 significados, que bien pueden agruparse en cuatro. El primero dice que es “arrojar, tirar, echar fuera a alguien o algo”: ‘Lo botaron del trabajo’. El segundo significado es “echar al agua un buque haciéndolo resbalar por la grada después de construido o carenado”. El tercero es “lanzar contra una superficie dura una pelota u otro cuerpo elástico para que retroceda con impulso”. La cuarta acepción es “echar o enderezar el timón a la parte que conviene, para encaminar la proa al rumbo que se quiere seguir”.

En las pasadas elecciones autonómicas y municipales, y observando las primeras acepciones anteriores, los extremeños hemos “votado” y “botado”. ¿Creen ustedes que ellos así lo entenderán?