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Pasado, presente y futuro. Realidad de todos los días.

Santos Inocentes

sábado, 29 de diciembre de 2018

Ayer celebramos el día de los Santos Inocentes. La conmemoración de los hechos sucedidos a principios de la Era Cristiana, supongo conocidos por todos, y protagonizados, según se recoge en el relato bíblico del Evangelio de San Mateo, por Herodes I el Grande.

 

 
Es cierto que puede haber dudas sobre la veracidad de los hechos, (ningún historiador de la época los menciona) en base al antiguo principio “testis unus testis nullus”, o lo que es lo mismo: “un sólo testimonio no sirve”; y que, incluso, se hubiera exagerado sobre el número real de inocentes, teniendo en cuenta la población existente en aquella época, en la pequeña localidad de Belén. En cualquier caso, estaríamos ante un pasaje cargado de simbolismo. Y, si se quiere, ante una alegoría de la mesianidad regia de Jesús a la que se opondrían los poderes terrenales.

Desgraciadamente, la cruda realidad se impone y se encarga de superar con creces cualquier supuesta “ficción”, multiplicando exponencialmente sus trágicas consecuencias. Hoy, siguen existiendo Herodes modernos (en mayor proporción, si cabe) empeñados en sesgar el futuro de niños y jóvenes. Desalmados Herodes contemporáneos, ávidos de poder, que impiden que para otros brille la estrella de la esperanza. Y siguen existiendo multitud de Santos Inocentes que sufren las consecuencias del mal: bebés, objeto de mercado; niños convertidos en escudos humanos o reclutados como soldados en guerras inútiles e interminables; Santos Inocentes sometidos a esclavitud sexual y laboral, víctimas de maltratos físicos y emocionales. Santos Inocentes a quienes la vida borró la sonrisa de su cara, cambiándola por llanto, por dolor, por miedo. También por muerte. Santos Inocentes que privados de sus propios sueños, son obligados a emprender un viaje, su viaje, a ninguna parte.
 
Esta es la fiesta que deberíamos de celebrar. Reconocer el gran fallo moral de nuestro tiempo, nuestra falta de humanidad. Y gritar por ellos. Y darles por fin voz y esperanza, a esos benditos y “reales” Santos Inocentes.
 
 

Calle Moret

lunes, 3 de diciembre de 2018
Denominada así desde que, en el año 1913, el Ayuntamiento decidió dedicar la misma a don Segismundo Moret, Catedrático de Economía, Ministro en cinco ocasiones y Presidente del Consejo de Ministros. Además de un gran impulsor de las minas del Calerizo y de la puesta en marcha del ferrocarril para la exportación de la fosforita por España y Europa.
 
 

La calle Moret, desde su denominación anterior como calle Cortes, tuvo siempre una especial relevancia en la ciudad dado, principalmente, su dinamismo comercial, económico y social. (Léase el artículo publicado por Juan de la Cruz Gutiérrez, en diciembre de 2016 y donde se da detalle de una frenética y nostálgica actividad).

En su pequeño recorrido se concentraban todo tipo de establecimientos: ultramarinos, ferreterías, zapaterías, relojería, tabernas, bares, hoteles, librerías, pastelería, estudio fotográfico, tiendas de confección, mercerías, despachos profesionales, entre otros.

Firmas comerciales en el recuerdo de todos: Sobrinos de Gabino Diez, Comercial Abad, Mecano, Hotel Álvarez, Papelería Chelo, Figueroa, Calzados Marta, Calzados López, La Catalana, Maleno, Casa Castaño, Relojería Álvarez, Caldera, Camisería Picado, Pastelería Estila. Bazar “El siglo”, etc. Recuerdos de una época, no tan lejana en el tiempo, que dieron vida a una de las calles más entrañables, bulliciosas y transitadas de Cáceres.

Una calle que hoy presenta un aspecto totalmente distinto. Aproximadamente una quincena de establecimientos se encuentran cerrados (algunos en estado de dejadez) o en liquidación. Lo que antes fue prosperidad, ahora se muestra en decadencia.

Desconozco si hay un Plan Municipal de Dinamización del comercio local y, en su caso, si se apuesta y se trabaja por él. O si se trata de un tema de alquileres abusivos, o de falta de iniciativa empresarial, o de falta de atractivo comercial, o porque entre todos la mataron y... Sólo sé que Moret es una de las calles de acceso del turismo y que, o la cuidamos, al igual que Pintores, Paneras o Ezponda, o pensaremos al igual que Manrique, que: “cualquiera tiempo pasado, fue mejor”.