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Los Otros

jueves, 15 de febrero de 2018

 
Aunque ellos están allí, durante el día pasan desapercibidos. El tráfico, el ruido y el movimiento de la gente al ritmo que marca la ciudad, los hace generalmente silenciosos y casi imperceptibles. Por la noche, sin embargo, todo es diferente: disminuye el ruido, la velocidad, la luz, incluso la gente, y sólo basta caminar por alguna avenida o por alguna de las plazas céntricas para descubrirlos, bien sea en el banco de una plaza, en un cajero, en la escalinata de un edificio público o en cualquier esquina.

Duermen, piden limosna, a veces revuelven la basura o, simplemente, no hacen absolutamente nada. Son los vecinos de nuestra ciudad que viven la peor de las exclusiones: la falta de un lugar. Aquellos que se pasan circulando su vida, las 24 horas del día.

 
Hombres mayoritariamente, y mujeres, de las más variadas edades, que son protagonistas de historias de vida que se van complicando cada día más, hasta llegar a un punto que parece sin retorno.
¿Los motivos de esta situación? Sólo ellos los conocen. Quizás problemas económicos, de salud, de adicciones, malas elecciones de vida, peleas familiares, situaciones de abuso, maltrato y abandono, o un cúmulo de todos ellos que hizo que el círculo social se fuera cortando. De cualquier modo, dichos motivos han creado una cortina de niebla en su interior y un caparazón durísimo en su exterior que, en la mayoría de los casos, los han despojado de su amor propio, de su dignidad humana y de su valía como ser humano.

Gracias a HOY, nos enteramos de la historia de Fernando (80 años) y de Marta (52), nuestros silenciosos vecinos de la variante. Y aunque es cierto que, en muchas ocasiones, la gente de la calle no son muy dados a dejarse ayudar, no es menos cierto que dicha actitud puede deberse, sobre todo, a su gran deterioro psíquico. En cualquier caso, este hecho no aislado, debe hacernos reflexionar sobre el funcionamiento de la sociedad y sobre el modelo económico y social que estamos viviendo. Porque hoy son ellos, pero mañana...