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Pasado, presente y futuro. Realidad de todos los días.

La inutilidad del Senado.

sábado, 28 de noviembre de 2015
Debo de confesar que, como a una gran mayoría, cada vez que oigo hablar del Senado, siempre me viene a la mente la misma pregunta: ¿Es una Cámara inútil por falta de funcionalidad real o inútil por la calidad de los miembros que la conforman?

 

 
Si hablamos de lo primero, vemos como la representación territorial se va estableciendo cada vez más en el Congreso donde, a tenor de los debates televisados, desgraciadamente se habla más de cuestiones particulares que del territorio nación y del interés general. Además, contamos con las Asambleas Legislativas y la Conferencia de Presidentes.

Si hablamos de lo segundo, y vistas las incorporaciones por designación autonómica o imposición partidista, parece también obvio su inutilidad. Cada vez hay más, perdóneseme el término taurino, “desechos de tientas”. Es decir, aquellos políticos que perdieron la confianza de sus electores y, en vez de entender que los mandábamos para su casa, por caducos, presuntos sospechosos o, simplemente, inútiles para la cosa pública, se catapultan a instancias superiores, para sestear a costa del erario público. Uséase, a costa de todos nosotros. Dado, además, que muchos de ellos ni tienen, ni han tenido, más ocupación conocida.

Sin más esfuerzo en la vida que el de saber posicionarse, reciben cuantiosos salarios (muy por encima de prestigiosos profesionales que tienen cada día que currarse su plaza), enormes complementos (por sestear en sillón más alto), escandalosas indemnizaciones (por vivir en Madrid o tener el detallito de venir a Madrid), el pago de sus viajes, por tierra, mar y aire (muchos de ellos, sin sentido alguno y absolutamente privados o particulares, como hemos conocido), dietas, consumo de taxis, móviles, internet, ordenadores, tabletas y, en algunos casos, personal de confianza, imagino que para que vele sus sueños. Y, al final del letargo, la garantía de una pensión máxima. Estoy seguro que, ni el mejor de los alucinógenos garantizaría esta visión.

¿Entiende usted ahora por qué ninguna de las mayorías absolutas que hemos tenido, tanto de un signo como de otro, ha querido eliminar el Senado? Efectivamente: ninguno está a salvo de ser, algún día, “desecho de tientas”.  


Donantes: Héroes Anónimos.

martes, 3 de noviembre de 2015
La donación de sangre constituye la máxima expresión de generosidad, altruismo y solidaridad. Donar sangre es compartir tu propia vida, pero también es el acto más idílico de egoísmo. Dar primero, para quizás recibir mañana. Porque ninguno de nosotros sabe en qué momento de la vida, podrá necesitar sangre. Y ¿por qué acordarnos de lo que pudimos hacer y no hicimos?
 
Como todos sabemos, cada día, decenas de pacientes en nuestros hospitales salvan su vida o recuperan su salud gracias a la transfusión de sangre y derivados. Actualmente, en la medicina moderna, los tratamientos de cáncer, la cirugía compleja, los accidentes de tráfico, los trasplantes de órganos, y un largo etcétera, serían imposibles sin transfusiones. Y detrás de todos estos avances médicos, se encuentran miles de donantes anónimos que hacen posible que muchos de nosotros aún tengamos esperanza.

Pero no debemos caer nunca en el conformismo de que ya hay suficiente. Pensar que los Bancos de Sangre tienen cubiertas sus necesidades, sería bajar imprudentemente la guardia. La donación no sólo es necesaria en las grandes catástrofes, que también, como así lo hemos visto y sufrido en nuestra historia reciente. Se hace más necesaria, si cabe, en el devenir diario. Basta darse una vuelta por nuestros Hospitales para observar la cantidad de pacientes enganchados a esas bolsas rojas llenas de vida. Por eso las campañas de captación de nuevos voluntarios se hacen imprescindibles. Concienciar en la donación, es apostar sin duda por el Club más exclusivo: el de los héroes anónimos, que con su generosa cuota roja y cálida, salvan a diario millones de vidas.



El pasado día 25 de octubre, el Obispo de Coria-Cáceres, proclamó al Santísimo Cristo de la Salud, ubicado en el Santuario de la Montaña, Patrón de la Hermandad de Donantes de Sangre “San Pedro de Alcántara” de Cáceres.

Confiamos que el Stmo. Cristo brindé su protección a quienes de forma anónima, heroica y desinteresada, entregan una parte de sí mismo a los demás, repartiendo salud a través de sus gotas solidarias de vida.