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Pasado, presente y futuro. Realidad de todos los días.

Las fuentes que faltan.

viernes, 30 de septiembre de 2016
Pudiera ser que, aún hoy, nos encontremos con alguien que desconozca que Cáceres es Ciudad Patrimonio de la Humanidad desde 1986. También es probable que, muchos más, ignoren que nuestro casco histórico está considerado, desde 1968, como el tercer conjunto monumental de Europa, después de Praga y de Tallín (Estonia). Y parece más razonable que, la gran mayoría, no esté al tanto del incremento de turistas —por el dato de visitas y pernoctaciones facilitado por la Consejería de Turismo—, que afortunadamente llegan a nuestra querida ciudad. Pero que en Cáceres, en verano, hace un calor extraordinario y muchas veces insufrible, lo sabe hasta el “Tato”. Como también sabe que una forma de paliarlo es ponerse a la sombra o refrescarse.


Y eso es, precisamente, lo que anhelan los numerosos turistas que visitan nuestro incomparable marco monumental: poder refrescarse, buscando cualquier zona verde o bien el entorno de una fuente que atempere el sofocante calor. Búsqueda que, por otro lado, se hace infructuosa porque a lo largo de toda la ciudad monumental no existe ninguna fuente en funcionamiento.

¿Acaso son necesarias? cabría preguntarse. Yo diría que son imprescindibles y máxime en una ciudad turística, pero calurosa, como la nuestra. A su agradecida capacidad refrescante, en los días calurosos y secos, una pequeña fuente puede ser el corazón de un entorno y un punto de encuentro que nos invite a realizar una parada. Ornamentadas e integradas correctamente, también tendrían un valioso aporte cultural. Incluso las fuentes más sencillas pueden tener una enorme posibilidad escenográfica y plástica, armonizando el juego del agua y potenciándolo con luz.

Si, gracias a la ampliación de horas de iluminación, hemos favorecido las visitas nocturnas a la ciudad monumental, instalar fuentes y alguna que otra zona verde, harán indiscutiblemente más confortable el tránsito y la visita matinal y vespertina, no sólo para los turistas sino también para los propios cacereños.

Sin duda alguna, un buen comienzo, sería activar el sistema de riego y fuentes ideado para la Plaza Mayor. Yo me uno, desde aquí, a todas las peticiones realizadas en este sentido. Y, luego ya, si eso, podríamos compartir el sueño de nuestra Alcaldesa de aspirar a ser la Capital Verde Europea.
 
 

Viaje a ninguna parte.

sábado, 3 de septiembre de 2016
"Viento del Este y niebla gris, anuncia que viene, lo que ha de venir...
No me imagino que irá a suceder, más, lo que ahora pase, ya pasó otra vez."

Así comienza la película de Mary Poppins y así podría comenzar la película de la, previsiblemente fallida, investidura del candidato a Presidente del Gobierno de España; lo que nos llevará, sin solución de continuidad, a celebrar unas vergonzosas terceras elecciones generales. Y es que, tal es, el grotesco espectáculo que se nos ofrece desde la bufonada del hemiciclo.
 

Los ciudadanos, en su perfecto derecho, libremente y por dos veces, han decidido que haya una diversidad política en el Congreso que garantice su pluralidad de ideas y opiniones. Ni que decir tiene, que este es uno de los principios fundamentales del sistema democrático porque, pluralidad democrática, es sinónimo de libertad. Pero, dicho esto, no hay que olvidar que la pluralidad política tiene un importante componente cuantitativo y que, por otro lado, la democracia se basa en la aceptación de las ideas de los otros dentro del marco de la ley. En resumen, que tanto las ideas mayoritarias como las minoritarias deben de ser respetadas y, atendiendo al juego democrático, valoradas proporcionalmente. Lo que nos lleva, en este caso y sin duda alguna, a establecer acuerdos entre las partes; sabiendo, además, que dichos acuerdos, nunca deben de entenderse ni como cesiones, ni como imposiciones, sino como la voluntad de hacer primar el interés general.

Pero esto no parece que lo hayan entendido, ni creo que tengan intención de entenderlo, los diputados elegidos para unificar las diferentes posturas; es decir, los encargados de adoptar decisiones comunes, como síntesis de las opiniones diversas. Y eso, en “román paladino”, demuestra a las claras su total “inutilidad”.

Ante unas nuevas elecciones, seguirán las mismas caras, los mismos candidatos, los mismos viejos discursos de: “hemos entendido el mensaje” “nuestro objetivo es la defensa del interés general” “España no puede estar más tiempo sin gobierno”, bla, bla, bla. Los mismos cuentos de siempre. Saben que volverán a salir 350 diputados y les da igual el hartazgo, la desafección política, o la abstención ciudadana.

Mientras los mismos de siempre viven de este cuento, España sigue su viaje a ninguna parte.