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La Ribera del Marco

jueves, 11 de octubre de 2018
Los humanos estamos condicionados a sentirnos seres superiores, a creernos que somos el techo de la evolución, con derecho a todo, por encima de todo, dueños absolutos de todo. Decimos que somos los seres más complejos que conocemos, sin embargo, no existiríamos sin las sencillas bacterias, sin un elemento tan poco complejo como el oxígeno o sin esa sustancia compuesta llamada agua. Nos cuesta reconocer que formamos parte de un gigantesco sistema viviente, en el que elementos de diferente complejidad se combinan en un orden creativo y misterioso que excede de nuestra comprensión. Hemos dejado que las comodidades de la vida nos sumerjan en mundos cada día más artificiales, renunciando incluso a nuestros orígenes, y olvidando que vivimos gracias a la madre naturaleza. Sin ella se perdería el equilibrio necesario para que fuese posible la vida del ser humano en la tierra, al menos por medios naturales. Y en pago de agradecimiento, somos tan “irracionales” que estamos permitiendo su destrucción.
 
 
Una ciudad Patrimonio de la Humanidad como la nuestra no puede, ni debe, dar la espalda a su pasado, a sus orígenes. La Ribera del Marco no merece esta desidia, ni este abandono, por parte de las administraciones públicas. Su arroyo, conocido como La Madre, dio de beber al hombre de Maltravieso, fue la principal fuente de abastecimiento de romanos y árabes y, en época más reciente, un buen sustento para la economía cacereña. La rehabilitación medioambiental de la Ribera del Marco, se presenta como uno de los proyectos más urgentes y necesarios de la ciudad.
 
La frescura del agua que corre por la Ribera, lleva consigo la historia de nuestra ciudad. Es agua, sí, pero también corre por ella la sangre de nuestros antepasados. El murmullo de ese arroyo, es la voz de los cacereños. Y somos nosotros los principales guardianes de su legado histórico, ¡cuidémoslo!  No permitamos que se pierda nuestro patrimonio y nuestra identidad.

"Volver al origen, no es retroceder."