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Pasado, presente y futuro. Realidad de todos los días.

Primavera cacereña

sábado, 7 de abril de 2018

La primavera se identifica con el tiempo en que todo se halla en su mayor vigor, frescura y hermosura. Es sinónimo de vida, de juventud, de energía, de naturaleza, de alegría, de sol, de luz y de color. Es tiempo de ilusiones, de inspiración, de renovadas esperanzas, de devociones, de germinación de semillas y de buenos deseos. Tiempo, también, de equilibrios y el mejor momento para renacer desde adentro para ascender en función de nuestro desarrollo espiritual. Es tiempo de festejos, de celebraciones... y, por lo que a nosotros los cacereños nos toca, la estación del año que más y mejor se identifica con nuestra querida ciudad.

 


Coincidiendo con su llegada, Cáceres se reviste de primavera para disfrutar de su Semana Santa y de esa maravillosa novedad de Pasión viviente que, sin duda alguna, ha dejado una importante huella y grandes expectativas de futuro. Y, sin solución de continuidad, se prepara para encarar un nutrido grupo de actividades que se desarrollarán hasta la llegada del solsticio de verano. Actividades enfocadas desde la diversidad, condición ésta indispensable para poder llegar a todos los gustos.

Extregusta y su gran participación; San Jorge y su programado y largo fin de semana de festejos; la  Feria del Libro, donde cada vez se presentan más novedades y, afortunadamente, se venden más ejemplares; La Bajada y el Novenario de la Virgen de la Montaña, con un amplio y variado programa de actividades; nuestro afamado Womad, y su apuesta por ir recuperando la calidad perdida; nuestra Feria de San Fernando, con pre-feria incluida; El Teatro Clásico, repartido entre más escenarios y que busca no quedarse atrás en el ranking nacional; y la propia programación del Gran Teatro, con espectáculos para todos los públicos.

Actividades pues gastronómicas, culturales, religiosas, musicales, etc., que no deben buscar rellenar solamente un espacio en el calendario. Cáceres, merece ser referente artístico y cultural, como ciudad Patrimonio de la Humanidad que es. Sólo así, atraeremos más turismo, sólo así, llenaremos nuestra ciudad de vida. De esa vida fresca, alegre, llena de luz y color, a la que nos invita la primavera.