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Pasado, presente y futuro. Realidad de todos los días.

Especialmente para ti.

martes, 22 de diciembre de 2015

Cuando aún resuenan los ecos de la jornada electoral y en vísperas de una cantarina e ilusionante mañana, (la que realmente puede cambiar tu vida), quiero acordarme de ti y dedicarte este artículo.

Si, ya sé que dirás que no eres nadie, que eres uno del montón y que hay gente mucho más importante que lo merezca. Pero no. Ten por seguro que nadie lo merece más que tú.

Porque mientras ellos se enzarzan en batallas inútiles sobre cómo paliar las necesidades alimentarias actuales, tú, calladamente, dedicas una parte de tus recursos para llenar y donar carros de alimentos. Mientras ellos discuten inútilmente sobre los derechos de la infancia, sobre la cooperación al desarrollo y sobre ayuda a los refugiados, tú, calladamente, te apuntas de cooperante ofreciendo tu dinero, tus manos y tus conocimientos de forma efectiva. Porque mientras ellos se echan en cara las ayudas a la dependencia y la atención a nuestros mayores, tú, calladamente, te revistes con tu chaqueta de voluntario para levantar, asear, alimentar o  acompañar a los que un día nos dieron todo lo que somos. Mientras ellos nos regatean míseras subidas de sueldos o juegan con la hucha de las pensiones, tú, calladamente, estiras y estiras el tuyo para cubrir a tu gente y, malviviendo, seguir sobreviviendo. Porque mientras ellos presumen y hablan de emprendedores y de oportunidades para los jóvenes, tú, calladamente, consuelas a ese hijo que poco a poco va perdiendo su ilusión de encontrarlas. Porque mientras ellos siguen inmersos en continuas sospechas de corrupción, tú, calladamente, entregas ese sobre con dinero que te encontraste y que alguien perdió. Porque mientras ellos se proclaman vencedores de debates inútiles, tú, calladamente, piensas que gane quien gane, siempre perdemos los mismos. Y porque mientras ellos siguen viviendo en su privilegiado mundo, defendiendo exclusivamente lo suyo, tú, calladamente, sigues acercándote a las urnas, con la ilusa esperanza de que alguna vez cambien y se conviertan en verdaderos servidores del interés general.  

Para ti, que te dedicas a dar trigo, en vez de a predicar, va dedicado este artículo y mis mejores deseos para estas fiestas.

 

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