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Pasado, presente y futuro. Realidad de todos los días.

A Joaquín García-Plata, nuestro Quinito.

martes, 26 de julio de 2022

Hoy es San Joaquín, mi santo, como también lo es el tuyo, querido Quinito –como cariñosamente te llamábamos la familia–. Sí, lo es y lo seguirá siendo, porque “sólo los olvidados mueren”. Se hace muy difícil describir con palabras, lo que se siente cuando perdemos a quién ha escrito un buen número de páginas en el libro de nuestra vida; y que nos deja el recuerdo de vivencias que nada, ni nadie, podrán borrar.

 

 
Tu espíritu combativo, hizo frente a la adversidad; tu actitud positiva, fue ejemplo de enseñanza; tu ilusión por cada instante de vida, te hizo aprovechar cada segundo. Y llegado el final, agotado por desigual lucha y rendido por la enfermedad, supiste sacar fuerzas para transmitir a tu familia y amigos: PAZ. Esa paz que transmuta los problemas en oportunidades, convirtiendo la “dolencia y el padecimiento”, en auténtico derroche de amor y serenidad.

Allá donde quiera que tu vuelo te haya llevado, imagino tu espíritu libre abrazado a los versos de tus poetas –¡qué grandísimos amigos, Joaquín!– para terminar la recopilación de poemas que, con tanta ilusión, habías empezado. Te imagino, buscando un nuevo “Barrio plateado por la luna” donde cantar, acompañado de bandoneón, tu “Melodía de Arrabal”; o quizás haciendo pruebas de megafonía en tu estadio de los sueños y poder gritar y vibrar con el “primeeer goool” de tu Club Polideportivo Cacereño; o dando a conocer y presentando –como eco de voz lanzada al viento– el recordado y disfrutado Premio de Poesía “Ruta de la Plata”; o ejerciendo de rapsoda; de relaciones públicas; de corrector de textos; o presentado cualquier libro o certamen, demostrando tus grandes dotes de comunicador. Te imagino, querido Joaquín, tan sonriente y afable como siempre y orgulloso de habernos hecho herederos de tu felicidad.

El día de tu marcha –tuvo que ser precisamente un día seis–, la estatua de Gabriel y Galán no pudo contener sus ojos vidriosos y regó su libro de poemas con hilos de “plata”. Allí, te volverá a esperar cada 6 de enero y allí, y estoy seguro de ello, regresarás radiante y puntual cada año. Yo estaré para sentirte. Hasta siempre, mi querido Quinito.

 





De Trampantojos y Engañabobos.

martes, 12 de julio de 2022

Se define “trampantojo”, como una Ilusión óptica o trampa con que se engaña a una persona haciéndole creer que ve algo distinto a lo que en realidad ve. Se utiliza mucho en fotografía, con la clásica imagen de la mano que sujeta el sol o la luna; en paredes de fachadas, haciendo ver con pinturas balcones o jardines verticales; en pinturas de suelos, con los conocidos socavones y precipicios de aceras; en joyería, con técnicas de electroforming; en arquitectura, decoración y, últimamente, hasta en gastronomía.

 

 

Por otro lado, se define “engañabobos”, como aquello que parece bueno, ya sea por su presentación o propaganda, pero acaba defraudando o resultando un engaño. Y referido a la persona, como: charlatán, embaucador, timador y tramposo, entre otros sinónimos. Todos recordamos a los charlatanes que nos vendían crecepelo, remedios contra las enfermedades y hasta elixires de amor, entre otras “maravillas”.

A veces, cuesta mucho distinguir entre ambas definiciones. Les propongo dos ejemplos:

El primero, la llegada del ansiado tren rápido a Extremadura que, vendido como AVE, no deja de ser un Alvia de segunda mano y con una velocidad punta semejante al tren de la bruja –los escobazos te los llevas si sacas la cabeza por la ventanilla– y que de nada sirve puesto que las conexiones con Madrid, a través de Castilla La Mancha, no han empezado. Mucha propaganda para hacernos ver lo que no existe. ¿Engañabobos o Trampantojo?
 

El segundo, la minimización del muy publicitado como Mayor Centro Budista de Occidente, sito en el monte Arropez y que, en principio, se extendía por 107 hectáreas con una inversión privada, salvo recortes, de 25 millones de euros. Pues bien, habiendo conseguido ya engatusar con la ilusión óptica correspondiente, y sobrecogidos ahora por la realidad ZEPA, nos informan que el proyecto inicial merma hasta quedarse en 6000 m. (0,6 ha) donde se ubicará un escenario de madera desmontable e incompleto que, al parecer, formó parte del Pabellón de Nepal en la Expo de Milán de 2015.

La estatua del Gran Buda, también se jibariza y de los 40 m. de altura, pasará a poco más de dos metros, que es lo que mide la réplica que, con todos los honores, nos entregaron como “para ir tirando”. ¿Trampantojo o Engañabobos?