Top Social

Pasado, presente y futuro. Realidad de todos los días.

¡Hay AMORES que...!

jueves, 23 de septiembre de 2021

Pues sí. Hay amores que construyen, te ilusionan, te estabilizan, te hacen crecer y te hacen feliz. Hay amores universales como el amor a la vida o el amor estético que se siente hacia las cosas bellas. Y más específicos, como el amor de amigo, el amor propio, los amores de juventud, los platónicos, los de arraigo, los posesivos, compasivos, reverenciales, prohibidos, secretos, momentáneos y hasta inconclusos, entre otros muchos. Por desgracia, también existen otros amores tan negativos que sientes que te destruyen y, según el dicho, casi te matan. O sin casi. Son los que tienen que ver con el desamor y la violencia emocional en todas sus formas: relaciones pasionales que terminan y recomienzan una y otra vez, amores imposibles que te dejan anclado en la esperanza, llenos de mentiras y traiciones permanentes.

Así de complejo es el amor. Una palabra que abarca toda clase de sentimientos, muchas veces hasta contradictorios.

 


De hecho, nos podemos encontrar “AMORES” que llegan a formar parte decisiva de una Corporación Municipal, siendo totalmente inexplicables e incomprensibles. Porque ni puede explicarse, al menos lógicamente, su nombramiento en VOX como cabeza de lista, dada su antigua trayectoria como militante de la UGT y del PSOE; ni puede comprenderse, quizás por incongruente, la aceptación de dicho nombramiento por parte del nombrado, dado el supuesto giro radical que habría tenido que dar en su propio pensamiento ideológico. Y digo incongruente, y supuesto, por el continuado incumplimiento del programa electoral del partido bajo cuyo paraguas se presentó y fue elegido, antes de justificar su salida del mismo alegando radicalizaciones, disputas o discrepancias internas. Por ese incumplimiento, por otro lado habitual, generalizado e impune en todos los partidos, los cacereños en general, vamos a tener que “agradecerle” la subida de impuestos, tanto del IBI, como del IVTM o los que vengan en el futuro. Impuestos que, sumados a la actual escalada de precios, quizás él con su pensión digna, pueda pagar; pero no así el resto o sus supuestos representados. Si es que, claro está, a estas alturas representa ya a alguien o alguien se siente representado por él.


Al final, y como canta Laura Pausini, son: “Amores Extraños”.

 



Más valores, menos vandalismo

domingo, 12 de septiembre de 2021

Hace ya algún tiempo que las acciones y actitudes de muchos políticos parecen dirigidas a desmontar los valores humanos que, por veraces, han regido eficazmente cualquier tipo de convivencia entre personas. Unas veces, porque se han mal considerado vestigios de un tiempo o régimen pasado; otras, porque su enseñanza o cumplimiento exigía un principio de autoridad ya fuera familiar, escolar o funcionarial que no parecía encajar con sus creencias ideológicas; y, en muchos casos, porque ellos mismos los veían incompatibles con su propio comportamiento político y personal.

Así, valores como: honestidad, honradez, responsabilidad, respeto, compromiso, compasión, disciplina, justicia, bondad, lealtad, gratitud, empatía, tolerancia, esfuerzo, integridad, humildad, generosidad, perseverancia, sinceridad y un largo etcétera, parecen ir decayendo sin solución de continuidad.

 



Esta pérdida de valores ha dado paso a otro tipo de conductas que, sin generalizar porque sería injusto, muchas están derivando en comportamientos incívicos y vandálicos. Desde luego que en nada han ayudado la incorporación a nuestra legislación de leyes laxas e incomprensibles, donde padres y educadores se sienten totalmente desprotegidos; donde la edad tiene patente de corso para según qué cosas; donde las conductas incívicas se enmascaran bajo derechos de libertades que prevalecen sobre los derechos de las víctimas; o, incluso, donde dichas conductas se permiten y se alientan desde el poder establecido.

Cáceres, de momento, está considerada como una ciudad tranquila, pero ya está empezando a sufrir este tipo de conductas destructivas. Y haríamos bien si, en vez de tildarlas de hechos aislados propios de “imberbes imbéciles”, intentáramos atajarlas con la contundencia que las benévolas leyes nos permitan, en aras a no poner en peligro la convivencia de los ciudadanos. Y no sólo por los cuantiosos daños materiales que esta agresión, generalmente grupal, voluntaria y gratuita ocasiona, sino porque hemos visto cómo en otras poblaciones, el inicial vandalismo impune sobre las cosas, acaba derivando en altas dosis de violencia sobre las personas, con las consecuencias fatales conocidas.

Siempre será mejor adelantarse a los acontecimientos, que limitarse a reaccionar ante ellos sufriendo sus nefastas consecuencias.