“Te fuiste por un año/ y has tardado tres en volver/ Madre de la Montaña/ !No nos lo vuelvas a hacer!”.
Tres años ha tenido que esperar Cáceres para volver a recibir a la más ilustre de sus visitantes, su Patrona. Tres años para volver a vivir ese bello escenario de amor, de fe, de devoción, de alegría, de peregrinación, de solidaridad, de ilusión, de esperanza y de vida, en torno al fervor que la gran mayoría de cacereños profesa a la Santísima Virgen de la Montaña. Tres años de recuerdos, para aprender a echarte de menos. Tres años de deseos contenidos, para aprender a saber esperarte. ¡Tres largos años Montaña!
Es cierto que en este trienio no hemos dejado de mirar al Santuario, buscando esperanzados Tu consuelo. Y que, en cuanto pudimos, subimos a verte para contarte nuestras “cosinas” y confiar a Ti nuestros miedos, nuestras incertidumbres y nuestras turbaciones.
Pero ya estábamos deseosos de tu visita a la ciudad. Una visita que, sin duda, agita siempre la tranquila vida cacereña, sabedora de que durante once días todo girará en torno a Ti. Una visita que, no por reiterada, deja de ser cada año nueva, como esa savia que rebrota y que transmitiendo energía renueva y revitaliza nuestra vida.
Y es que es mucha la devoción que te tienen los cacereños, Montaña. A Ti dirigieron sus ruegos, a lo largo del tiempo, y depositaron su esperanza en las ocasiones de necesidad grave o extraordinaria. A Ti siempre acudieron, y siguen acudiendo, en los momentos más difíciles de su vida. Y contigo comparten también sus vivencias. Cáceres, se quiera o no, siempre estará unida a la Virgen de la Montaña, y no sólo por cuestión de creencias, sino también por tradición, cultura y simbolismo. La devoción a nuestra Patrona, está en el mismo sustrato de la ciudad y en las emociones de los corazones cacereños, ya sean creyentes o no. Por eso, con el fervor de cada cual pero con respeto a la historia, miles de personas se acercan siempre a recibirla, a visitarla y a acompañarla en su despedida.
“Y es que no hay amor mas sincero/ Virgen de la Montaña/ que Cáceres entero bajo tus andas”.
Precioso artículo lleno de añoranza y amor.
ResponderEliminarLe felicito por el artículo, caracterizado por una sincera devoción mariana y amor a Cáceres.
ResponderEliminarMe siento identificado. Muchas gracias.