Pues sí. Hay amores que construyen, te ilusionan, te estabilizan, te hacen crecer y te hacen feliz. Hay amores universales como el amor a la vida o el amor estético que se siente hacia las cosas bellas. Y más específicos, como el amor de amigo, el amor propio, los amores de juventud, los platónicos, los de arraigo, los posesivos, compasivos, reverenciales, prohibidos, secretos, momentáneos y hasta inconclusos, entre otros muchos. Por desgracia, también existen otros amores tan negativos que sientes que te destruyen y, según el dicho, casi te matan. O sin casi. Son los que tienen que ver con el desamor y la violencia emocional en todas sus formas: relaciones pasionales que terminan y recomienzan una y otra vez, amores imposibles que te dejan anclado en la esperanza, llenos de mentiras y traiciones permanentes.
Así de complejo es el amor. Una palabra que abarca toda clase de sentimientos, muchas veces hasta contradictorios.
De hecho, nos podemos encontrar “AMORES” que llegan a formar parte decisiva de una Corporación Municipal, siendo totalmente inexplicables e incomprensibles. Porque ni puede explicarse, al menos lógicamente, su nombramiento en VOX como cabeza de lista, dada su antigua trayectoria como militante de la UGT y del PSOE; ni puede comprenderse, quizás por incongruente, la aceptación de dicho nombramiento por parte del nombrado, dado el supuesto giro radical que habría tenido que dar en su propio pensamiento ideológico. Y digo incongruente, y supuesto, por el continuado incumplimiento del programa electoral del partido bajo cuyo paraguas se presentó y fue elegido, antes de justificar su salida del mismo alegando radicalizaciones, disputas o discrepancias internas. Por ese incumplimiento, por otro lado habitual, generalizado e impune en todos los partidos, los cacereños en general, vamos a tener que “agradecerle” la subida de impuestos, tanto del IBI, como del IVTM o los que vengan en el futuro. Impuestos que, sumados a la actual escalada de precios, quizás él con su pensión digna, pueda pagar; pero no así el resto o sus supuestos representados. Si es que, claro está, a estas alturas representa ya a alguien o alguien se siente representado por él.
Al final, y como canta Laura Pausini, son: “Amores Extraños”.