La donación de sangre constituye la máxima expresión de generosidad, altruismo y solidaridad. Donar sangre es compartir tu propia vida, pero también es el acto más idílico de egoísmo. Dar primero, para quizás recibir mañana. Porque ninguno de nosotros sabe en qué momento de la vida, podrá necesitar sangre. Y ¿por qué acordarnos de lo que pudimos hacer y no hicimos?
Como todos sabemos, cada día, decenas de pacientes en nuestros hospitales salvan su vida o recuperan su salud gracias a la transfusión de sangre y derivados. Actualmente, en la medicina moderna, los tratamientos de cáncer, la cirugía compleja, los accidentes de tráfico, los trasplantes de órganos, y un largo etcétera, serían imposibles sin transfusiones. Y detrás de todos estos avances médicos, se encuentran miles de donantes anónimos que hacen posible que muchos de nosotros aún tengamos esperanza.
Pero no debemos caer nunca en el conformismo de que ya hay suficiente. Pensar que los Bancos de Sangre tienen cubiertas sus necesidades, sería bajar imprudentemente la guardia. La donación no sólo es necesaria en las grandes catástrofes, que también, como así lo hemos visto y sufrido en nuestra historia reciente. Se hace más necesaria, si cabe, en el devenir diario. Basta darse una vuelta por nuestros Hospitales para observar la cantidad de pacientes enganchados a esas bolsas rojas llenas de vida. Por eso las campañas de captación de nuevos voluntarios se hacen imprescindibles. Concienciar en la donación, es apostar sin duda por el Club más exclusivo: el de los héroes anónimos, que con su generosa cuota roja y cálida, salvan a diario millones de vidas.
Pero no debemos caer nunca en el conformismo de que ya hay suficiente. Pensar que los Bancos de Sangre tienen cubiertas sus necesidades, sería bajar imprudentemente la guardia. La donación no sólo es necesaria en las grandes catástrofes, que también, como así lo hemos visto y sufrido en nuestra historia reciente. Se hace más necesaria, si cabe, en el devenir diario. Basta darse una vuelta por nuestros Hospitales para observar la cantidad de pacientes enganchados a esas bolsas rojas llenas de vida. Por eso las campañas de captación de nuevos voluntarios se hacen imprescindibles. Concienciar en la donación, es apostar sin duda por el Club más exclusivo: el de los héroes anónimos, que con su generosa cuota roja y cálida, salvan a diario millones de vidas.
El pasado día 25 de octubre, el Obispo de Coria-Cáceres, proclamó al Santísimo Cristo de la Salud, ubicado en el Santuario de la Montaña, Patrón de la Hermandad de Donantes de Sangre “San Pedro de Alcántara” de Cáceres.
Confiamos que el Stmo. Cristo brindé su protección a quienes de forma anónima, heroica y desinteresada, entregan una parte de sí mismo a los demás, repartiendo salud a través de sus gotas solidarias de vida.
Confiamos que el Stmo. Cristo brindé su protección a quienes de forma anónima, heroica y desinteresada, entregan una parte de sí mismo a los demás, repartiendo salud a través de sus gotas solidarias de vida.
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