Los valores son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas. Más ampliamente, son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro, proporcionándonos pautas para formular metas y propósitos, tanto personales como colectivos.
Por el contrario, los “antivalores” marcan las actitudes negativas de una persona o grupo de personas frente a las reglas sociales y deben de producir rechazo y ser motivo de evitación.
Cada día, nos desayunamos con noticias que reafirman un ascenso de los llamados antivalores: Corrupción; injusticia; falta de honestidad, de respeto, de ética, de dignidad; y un largo etc., parecen haberse instalado en nuestra sociedad. Y, lo que es peor, parece que lo estamos fomentando.
Un ejemplo: La aprobación por el Consejo de Ministros del Real Decreto que permite superar la ESO con dos suspensos y una nota menor del 5, cargándose de plano, entre otros, valores como: el esfuerzo, superación, responsabilidad, disciplina y perseverancia.
Medida populista, de igualar por abajo, que ya tuvo un primer inicio al ofrecerse por comunidades, un plan especial para “regalar” el título de ESO, en 35 semanas y con una bonificación o “prima por estudiar” de 1000 euros.
Medida populista, de igualar por abajo, que ya tuvo un primer inicio al ofrecerse por comunidades, un plan especial para “regalar” el título de ESO, en 35 semanas y con una bonificación o “prima por estudiar” de 1000 euros.
Otro ejemplo: El anuncio de la Ministra de Empleo de una ayuda de 430 euros mensuales para los jóvenes menores de 30 años que “ni estudian ni trabajan”, que suscriban un contrato de formación. ¿No parece una manera encubierta de bajar el paro?
¿Qué pensarán los jóvenes “si-si” que con gran sacrificio y esfuerzo, plantan cara a los “ni-ni” compaginando estudios y trabajo, costeándose sus propios gastos o matrículas?
¿Qué pensarán los jóvenes “si-si” que con gran sacrificio y esfuerzo, plantan cara a los “ni-ni” compaginando estudios y trabajo, costeándose sus propios gastos o matrículas?
¿Cómo harán padres, maestros y profesores para motivar al estudio, si da lo mismo aprobar o suspender? ¿Y el informe PISA? ¿Por qué en vez de gastarlo, no invertimos ese dinero en aumentar becas, para el que no pueda y quiera estudiar; aumentar profesorado de refuerzo, para el que lo necesite; invertir en calidad y mejora de la enseñanza o reforzar la autoridad del profesorado? ¿O eso no da votos?
¿Qué pensarán las personas que, día a día, con actitud positiva salen a la búsqueda de un empleo, llenas de motivación y confianza, persiguiendo ser la mejor versión de sí mismos?
¿Qué pensarán las personas que, día a día, con actitud positiva salen a la búsqueda de un empleo, llenas de motivación y confianza, persiguiendo ser la mejor versión de sí mismos?
Pues posiblemene que: "pasarse el día viendo Hombres, Mujeres y Viceversa o Gran Hermano, lamentablemete da su fruto". Y así nos va.